A veces la vida nos cambia y azota.  Un huracán llega, arrasa y distintos eventos destruyen lo que era nuestro mundo.  O puede ser, que sientes tu vida estancada, te sientes aburrida de lo que te rodea.  La buena noticia es que nosotros podemos ser los diseñadores de nuestra vida, el ser humano es finito pero perfectible. Tiene la capacidad de rectificar, de empezar una y otra vez, de pensarse y por lo tanto de reinventarse. Reinventarse no significa cambiar completamente, sino modificar conductas y pensamientos y creencias que hemos tenido a lo largo de nuestra vida. Se trata de volver a tomar el timón de tu vida, ser capitana del barco, estar al mando muy consciente de que eres dueña de tu propio destino. La reinvención consiste en cambiar esa parte de ti que ya no le “queda” a tu vida.  Toda reinvención comienza con un proceso de profundo auto conocimiento.  Hacer un recorrido histórico que muestre tus fortalezas, que te haga descubrir tu resiliencia y que te ayude a saber como después de cada crisis has resurgido. Detrás de toda reinvención hay un deseo de tener una oportunidad de ser feliz.  Un error muy común es que se nos va la vida sin poner atención a nuestros procesos de evolución.  Nuestro interior cambia continuamente y es necesario estar conectado con uno mismo para tener claridad de quienes éramos, quienes somos y quién queremos ser. Los procesos de reinversión son procesos duros pero creativos, se abre nuestra mente y se reactiva el corazón permitiéndonos pensar diferente, aprender cosas nuevas y volver  auténticamente a llevar una vida coherente con nuestra verdad. — De Cerca Licenciada: Connie Kaltschmitt