Hace algunos años leí uno de los libros que más me han impresionado: “El Perfume”, una obra del escritor alemán Patrick Süskind que narra la historia de Grenouille una persona que desde su nacimiento percibe el mundo a través de su sentido del olfato.

La novela que se escenifica en la Francia del siglo XVIII, tiene uno de sus episodios más importantes en el momento en que Grenouille está en una celebración por el quince aniversario de la ascención del Rey de Francia y siente un aroma indescriptible,  fascinante, distinto a todo lo que había sentido a lo largo de su terrible vida. Grenouille se abre paso entre el gentío, siguiendo el aroma, hasta llegar a una hermosa joven pelirroja que preparaba ciruelas; ávido por sentir su aroma, y en su brutalidad, Grenouille la asfixia. Luego se encarga de olerla para absorber todo aroma existente en ella hasta dejarla completamente marchita. A partir de entonces, el objetivo de su vida es llegar a ser el perfumista más grande de todos los tiempos tratando de reproducir el aroma de la mujer que lo impresionó.

Esta novela cruda, brutal y de cierto modo poco ejemplar en estos tiempos, es quizás uno de los documentos literarios más interesantes sobre la capacidad que tienen los aromas de marcar a las personas.

Los aromas que percibimos dejan una impronta en cada uno de nosotros. Además, si tomamos en cuenta que el olfato es el sentido que más rápido evoca recuerdos, podemos afirmar que los aromas se convierten en uno de los principales catalizadores de emociones a todo nivel.

Una flor, el aroma de la lavanda, de los cítricos o de la miel, cada olor nos ayuda a relacionar los olores con las personas.  Quizás tu primer amor olía a cítricos o tu papá a lavanda y probablemente el olor del talco te hace recordar a tu bebé cuando recién nació.  Por ello cada vez que los sientes los recuerdas y te transportan a momentos muy especiales. 

Los aromas nos marcan como el amor más profundo y nos hacen recordar sin que nos lo propongamos. Esa es su magia.

Enamorémonos de los aromas que más nos gustan y que éstos nos traigan siempre los recuerdos más hermosos.  ¡Feliz mes del cariño!

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Por: Erika Gutiérrez

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