Por: Eloisa Dieguez

Hace 46 años nació este varón. Hoy, después de 23 de años de matrimonio y dos hijos de 21 y 22 años; estoy más que convencida que cuando Dios lo formó estaba pensando en mí…

Sé que suena cursi, pero es la verdad. No olvidaré las palabas de mi papá el día que le dije que Luis mi novio, quería casarse conmigo. Yo tenía 19 años.

Me dijo: “como padre no quisiera que entres a experimentar a tan corta edad las responsabilidades que implican formar un hogar, pero lo que me hace estar tranquilo de esta decisión que ambos están tomando es que Luis es el varón por el cual tu mamá y yo hemos orado a Dios para tu vida desde que eras una niña”.

Esas palabras de mi papá fueron suficientes para tener la total certeza de que él era mi príncipe azul. Porque creo que la mayoría de las niñas sueñan con ese príncipe azul, con ese varón que las cuide y las ame. Y sí, yo desde niña tuve siempre ese anhelo en mi corazón. No tenía idea de cuándo sería el momento en que llegaría a mi vida, pero sabía que llegaría.

Y, ¿tú, qué recuerdos vienen a tu mente con esta verdadera historia de amor? ¿Cómo recordarías tu historia de amor? ¿Qué le dirías a tu pareja sobre lo que él significa en tu vida?

A nosotras las mujeres nos encanta escuchar palabras de amor y que nuestro chico tenga detalles especiales y nos sorprenda, pero ellos también deben llenar su tanque emocional y para ello estamos nosotras.

El enamoramiento en el hombre y la mujer es diferente. Un estudio de la Universidad Estatal Wayne de Michigan señala que los hombres se enamoran más rápidamente que las mujeres y son más románticos en una relación, mientras que las mujeres toman más tiempo.

A veces podemos llegar a ser muy frías o cautelosas en nuestra relación y aunque no lo hayas notado, esto puede estar afectando directamente su historia de amor. Hoy te quiero invitar a que hagas una pausa para reflexionar, porque no solo nosotras merecemos detalles lindos; es importante nutrir nuestra relación y afirmar a nuestras parejas con palabras de agradecimiento, de bendición y afirmación, elogiemos sus virtudes, agradezcamos sus detalles y piropeémoslos para mantener viva la llama del amor.

Mi esposo no es perfecto, pero yo tampoco. Somos seres en construcción, pues Dios nos ayuda a colorear nuestra mejor versión para ser de bendición con nuestra presencia en la vida de las personas a las que amamos.

Y, si somos madres no nos cansemos de orar porque Dios ponga en la vida de nuestros hijos a la persona correcta, a la que él diseñó para cada uno de ellos. Y sí tú estás esperando que llegue tu príncipe azul, te tengo una buena noticia: ese príncipe llegará sí le pides de forma correcta. Estoy segura que cuando Dios formó a tu príncipe azul estaba pensando en ti, así que no te desanimes más bien cree en que su voluntad que tiene su hora debajo del cielo.

Un abrazo.

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Por: Eloisa Dieguez

Life & Business Coach

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