No mantener al perdón encerrado en el corazón, reservado solo para quienes lo merezcan, porque quien en realidad lo merece es uno mismo, se debe liberar y sentir como mejora nuestra vida en cada aspecto que ha sido descuidado por mantener el rencor en un espacio dentro de nosotros, liberarlo nos da tranquilidad, empezamos a tener la armonía que nos quitó albergar estos sentimientos pocos productivos como la culpa, el rencor, el enojo. 

Si nosotros colocamos obstáculos o requisitos a  aquellos que han cometido una falta hacia nosotros, es probable que no lleguen a la meta de “ganar nuestro perdón”, porque ni siquiera saben qué deben hacer para ser perdonados, y a veces ni nosotros tenemos claro qué deben hacer, hasta donde llegar, por cuanto tiempo lucharán o cuantos puntos les daremos por cada acción y con cuanto es suficiente para otorgar nuestro perdón (acompañado por confianza en muchos casos).

Cada camino es diferente, pero el camino más fácil no te permitirá ver más allá de lo que puedas alcanzar, te acostumbras, te acomodas y pierdes la verdadera oportunidad de aprender.

El camino difícil a la larga tiene más ventajas, al inicio no parece pues te desalienta cada adversidad a la que te enfrentas, pero es donde logras aprender de ti, de los demás, compartes, creces y terminas agradeciendo el camino difícil. 

Al final del camino, recuerda a todas las personas que conociste, las que te apoyaron, las que te acompañaron y las que no avanzaron a pesar de estar en la misma situación que tú; a estos últimos diles pesimistas, víctimas del sistema, o como gustes pero te ayudarán a no volver a estar en esa situación y devolver con gratitud para que no se repita; perdona el ambiente difícil pues de ahí has venido y logrado todo lo que tienes hoy, aspira a seguir adelante sin olvidar todo lo aprendido.

Si te encierras en el pasado, en cada situación adversa sin perdonar y avanzar pronto te verás en un pequeñísimo cuarto donde no podrás moverte en ninguna dirección, atrapada y condenando a los demás a no poder moverse hacia ti y mucho menos contigo.

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Dra. Laura Ramírez

Cirujano General

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