El ser humano por naturaleza vive bajo la necesidad de aceptación para poder entrar a un circulo social, para usar con seguridad lo que viste y luce, y para  tener el trabajo que anhela. Vive a la espera de una respuesta de aceptación de amistad en una red social, o buscando que sus post en diferentes redes puedan llegar a tener aceptación.

El humano incluso busca que la persona de su interés le acepte como pareja… y así, podría seguir enumerando un sin fin de situaciones a las que nosotras mismas nos sometemos para poder “ser aceptadas”. 

Pero cuando detenemos por un momento toda esta montaña rusa emocional y vemos el desgaste al que nos sometemos nosotras mismas, comprendemos que estamos equivocadas al llevar de esa manera “la aceptación”.

Esta palabra fuerte y determinada, debe iniciar por nosotras mismas, aceptándonos con defectos y virtudes y trabajando desde adentro todas las limitantes que se nos han interpuesto en la vida y nos bloquean, para poder valorarnos y actuar ante circunstancias con seguridad de quienes somos.

Todas en algún momento nos hemos sentido temerosas a esa aceptación social y comenzamos a bloquearnos tanto, que llegamos a sumergirnos en el mar de la inseguridad. Nos sentimos o demasiado pequeñitas o completamente invisibles. 

Estas situaciones nos hacen tener actitudes que nos llevan a una depresión y/o rechazo a nosotras mismas. Comenzamos a tener descuidos con nuestra salud adoptando hábitos que nos perjudican. Descuidamos nuestra imagen y aspecto personal, comenzamos a autoflagelarnos con comentarios hirientes criticándonos severamente y abriendo las puertas a que los demás también nos hieran y destruyan.

Hacemos tantas cosas negativas que, finalmente, nos llevamos al punto de la destrucción de nuestra alma y las únicas responsables de eso somos nosotras mismas. En ocasiones, hasta otorgamos a otras personas las llaves de nuestra autoestima y autocontrol. Todas estas acciones nos llevan a tocar el fondo de ese inmenso mar al que nos sumergimos,  es entonces cuando pasan dos cosas: 

1. Te asfixias y mueres o

2. Tocas fondo y te impulsas para salir a flote y resurgir.

Cuando decides por la segunda opción, inicias por comprender todas las cosas que tú misma te permitiste. Muchas veces desde el enojo quieres resurgir, pero esa es la manera equivocada de hacerlo. Debes entrar primero en conciencia y comenzar a trabajar el perdón, luego el autoestima y valoración y por último, el empoderamiento.

Cuando tomas la primer opción, recuerda que aún en la muerte tienes la oportunidad de regresar a la vida. Ya que desde fuera, cuando pierdes tu alma,  puedes ver todo lo que permitiste y comenzar a valorarte, arrepentirte, perdonar y resurgir con los procesos mencionados anteriormente.

Es así cuando ves que la vida te da oportunidades increíbles para comenzar a trabajar en ti. Debes iniciar el proceso con convicción y deseo de la recuperación y un cambio real. Es mejor aún cuando te acompañas de un especialista el área emocional para que te sea más fácil. Pero si lo haces por convicción, aunque lo hagas solo, sin duda lo lograrás.

Empieza a trabajar en tu “aceptación”, a recuperar tu alma, tu autoestima y a sentirte segura y hermosa de lo que eres y tienes. Arreglando tu interior podrás resaltar tu imagen personal, pero esto no funcionará si no trabajas esa parte emocional.

Si solo arreglas tu exterior, lo que harás será llenar vacíos con cosas materiales y comenzarás a ser una mujer superflua y vanidosa; pero cuando lo haces de la manera correcta, serás una mujer hermosa con una luz hacia los demás. ¿Ves la diferencia?

Para poder trabajar tu imagen de la manera correcta, debemos comenzar a quitar culpas, sentirnos merecedoras de poder y querer, convencidas de que la aceptación debe comenzar conmigo misma para quetu exterior lo refleje.

Identifica quién eres, qué te gusta y que no, qué te queda bien y que no, con que prendas de vestir favoreces tu imagen, los colores que te hacen ver mejor, llena de vida y luz. Cuidar el  interior y el exterior es el mejor consejo que, como asesores de imagen, podemos aportarte.

Cuando trabajas y nutres todos estos aspectos en tu vida, automáticamente estás llenándote de seguridad; comenzarás a experimentar situaciones que te llevarán a la autoconfianza y entonces los demás comenzarán, no a aceptarte, sino a ¡valorarte! En ese momento habrás hecho el más hermoso y perfecto trabajo en ti y en tu imagen.

Cuando lo logres habrás comprendido que lucir hermosa por fuera no es, ni más ni menos, que el haber resurgido a la vida desde la muerte de tu alma, o bien, tocar el fondo del mar de la inseguridad, pero teniendo éxito al final. ¡Lo hiciste por ti, recuperaste tu alma, te recuperaste y lograste aceptarte!

Con libertad y seguridad podemos siempre decirnos y decir a los demás “Soy Perfectamente imperfecta… ¡Y me encanta!”

 

—

Autora: Liss Sierra

Asesora de Imagen

Tel 50168031

Segmento : Belleza Femenina

Web: www.lissierra.com            

Instagram: lissierra_personalstyle

FB : Liss Sierra Personal Style