Aquellos que me conocen de cerca, saben que mi debilidad es la organización y planificación, tengo que tener un plan para todo y mis objetivos de este momento deben estar alineados con mis metas a mediano y largo plazo. Para mí todo debe pasar en un tiempo determinado. De hecho, algo que me causa gran ansiedad es no poder alcanzar ciertos objetivos en el momento planeado o simplemente no poder tener un plan. Un gran reto durante la pandemia ha sido la incertidumbre que me causa el no poder planificar porque todos dependemos de la situación actual y como se desarrolle, pero recientemente recordé una conversación con una persona a la que admiro mucho. En ésta ocasión platicábamos de cosas que queríamos para nuestras vidas y familias, yo cuidadosamente desglosando mi plan y explicando que todo pasa a su tiempo y lo mejor es planificar para lograr hacer las cosas en el momento indicado. Me miró con curiosidad y me dijo algo que en el momento no entendí, y ahora parece tener más sentido. Sonrió y me dijo: “Si vas a esperar el momento perfecto, se te va a ir la vida. A veces hay que hacer las cosas ¡y ya!”, me reí y pensé que estaba loco, que eso no iba conmigo. En ese momento me pareció ilógico, pues me parecía que lo que yo estaba haciendo me había funcionado hasta ese punto de mi vida. Este año, examiné muchas cosas y cambios que habían ocurrido y me di cuenta que él tenía razón: se me fue mucha vida y “el momento perfecto” estaba tomando demasiado tiempo en llegar. Entendí de malas experiencias que la vida cambia, que la Declaración de Heráclito que dice “Ningún hombre puede cruzar el río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos”, es completamente cierta. Hoy me veo y me doy cuenta que soy diferente a cuando hice planes hace cinco años, también sé que la situación va a seguir cambiando y lo único que se con certeza, es quien soy hoy. Si bien este tiempo de incertidumbre ha sido complicado, también he podido darme cuenta que el momento perfecto no llega, se hace; lo ha dicho Daniel Grifol, ha tenido mucha razón en decirlo. Me pregunto cada mañana – ¿Y si por alguna razón, ya nunca vuelvo a tener la oportunidad de hacer esto?,– ¿Cómo voy a sentirme si al mirar atrás descubro que el momento estuvo allí y yo no lo tomé?- Ahora he hecho muchas cosas que siempre he querido, para las que siempre dije no tener tiempo o energía y descubro que a veces lo que falta es voluntad. Si durante la pandemia has sentido como si el tiempo se ha pasado lento: mira de nuevo que no se te pasen los momentos perfectos por querer planes perfectos. No dejes que lo que pasa alrededor te quite el precioso tiempo porque la vida pasa, aunque tú la aproveches o no y el momento que tuviste hoy, no volverá mañana. A veces, hay que hacer las cosas -¡y yá!-. — Marielos Serrano. Correo: englishdoneright@outlook.com Celular: 34946849 IG: @outofthisworldgt