Hay situaciones que pueden darte la impresión de extinguir toda esperanza de una vida y futuro mejor. Perder a las personas que más amamos, sufrir el desempleo, perder la funcionalidad física, contraer una enfermedad mental, el diagnóstico de una enfermedad crónica. Todas estas situaciones pueden ocasionar una ruptura con nuestras expectativas, lo que pensábamos acerca del porvenir. Perder aquello que consideramos significativo y valioso puede contribuir a que extraviemos nuestra brújula, nuestra manera de determinar qué es lo que nos llevará a nuestras metas. Cuando esto ocurre, necesitamos de nuevos caminos o estrategias para lograr los antiguos objetivos, muchas veces tomando una nueva dirección.

La esperanza nos impulsa a actuar.

Lo que elegimos hacer en el presente, crea y alimenta la esperanza y ello impulsa otros bienes mayores en nuestras vidas. Sentir la certeza de lo que aún no vemos y visionarlo como tal, alínea el universo y provoca que lo que esperamos suceda. Recuerda que somos seres cuánticos, atraemos a nuestras vidas lo que anhelamos con fe, porque lo deseamos vehemente y porque todos nuestros esfuerzos se dirigen a alcanzarlo.

La felicidad es un estado orientado hacia el futuro. Nuestros pensamientos se tornan hacia adelante y nos dicen lo que tenemos que hacer hoy. Nuestros sentimientos nos elevan y nos dan la energía para mantener el esfuerzo. Igualmente, considera que vivir con alegría es una elección, puede aprenderse y compartirse con otros, es activa y requiere de esfuerzos, pero vale la pena porque recorrerás el camino en modo optimista.

El proceso de vivir tu vida conlleva que la esperanza y la alegría vayan de la mano, lo que se traduce en recorrer el camino sin olvidarse de los siguientes componentes:

Metas

Son los objetivos que guían tu conducta humana y diariamente dirigen tus pasos a conseguirlas.

Acción

Caminas con paso firme y tomas un rol activo en el logro de las metas, desarrollando todas aquellas actividades que permitirán que tus anhelos se traduzcan en acciones para darle forma y sentido a tu vida día a día.

Plan

Te sientas, piensas, visionas donde quieres estar y a dónde quieres llegar este nuevo año. Si llevas a cabo tu plan podrás buscar y generar formas diferentes de llegar hacia las metas, además tendrás la capacidad de analizar tu progreso. Recuerda ser realista y flexible para lograr adaptarte a los cambios y escoger las mejores opciones.

Cada uno de estos elementos interactúa con los otros. Cuando logramos mantenernos en ellos, aumenta la esperanza y esto nos genera un estado mas pleno, acciona nuestro chip de satisfacción, el cual se traduce en felicidad. Es importante comprender que no estamos hablando de esperanza cuando nos aferramos a que las cosas deben ser como creemos y queremos, sino que las proyectas como las visionas en un marco de plenitud y alegría.

La vida presenta situaciones que a veces no están bajo nuestro control, pero la esperanza nos da el mensaje que es posible comenzar de nuevo, que tenemos la capacidad de hacerlo que se requiere de nuestro esfuerzo para lograrlo y que la cosecha la haremos con alegría, porque en esta vida, todo rinde sus frutos.

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Licenciada: Connie Kaltschmitt