Calor extremo y salud mental: una crisis silenciosa que se avecina

Un nuevo estudio ha encendido las alertas: el aumento del calor extremo, consecuencia directa del cambio climático, podría desatar una crisis global de salud mental en las próximas décadas. Investigaciones recientes demuestran que las temperaturas elevadas no solo afectan al cuerpo, sino también al estado emocional, mental y conductual de las personas.

Según el informe, los episodios prolongados de calor están vinculados a un aumento de trastornos como ansiedad, depresión, insomnio, irritabilidad, e incluso mayor riesgo de suicidio. Las personas que ya padecen afecciones psicológicas son especialmente vulnerables, así como los adultos mayores, mujeres y quienes viven en pobreza o aislamiento social.

Además, el calor afecta la calidad del sueño, la productividad y la capacidad de regular las emociones. Todo esto puede desembocar en una sobreexigencia del sistema de salud mental, que en muchos países ya está colapsado.

Este estudio subraya la urgencia de preparar políticas públicas que contemplen la salud mental como parte de las estrategias climáticas. Invertir en infraestructura verde, promover espacios de sombra y garantizar acceso a servicios psicológicos deben convertirse en prioridades globales.