
Un microorganismo de 24,000 años resucita tras ser descongelado en Siberia
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En un hallazgo que parece sacado de la ciencia ficción, un grupo de científicos ha descubierto en Siberia un microorganismo que permaneció congelado durante 24,000 años y que, sorprendentemente, volvió a la vida al descongelarse. Este organismo, un tipo de rotífero bdeloideo, no solo sobrevivió a la descongelación, sino que también pudo reproducirse exitosamente, convirtiéndose en una de las formas de vida más resistentes conocidas en el planeta.
Los rotíferos bdeloideos son microorganismos acuáticos microscópicos conocidos por su increíble capacidad de resistencia. Hasta ahora, se sabía que podían sobrevivir en estado de latencia durante algunos años en condiciones extremas, pero este nuevo descubrimiento ha ampliado drásticamente los límites de lo que se creía posible.
El equipo de investigadores extrajo muestras del permafrost siberiano y, tras analizarlas en laboratorio, notaron que estos microorganismos comenzaron a moverse y alimentarse al descongelarse. Además, pudieron reproducirse asexualmente a través de un proceso llamado partenogénesis, lo que indica que no solo son capaces de sobrevivir, sino también de regenerar su población tras miles de años en estado latente.
Este descubrimiento tiene implicaciones fascinantes en diversos campos científicos. Por un lado, ayuda a comprender mejor la biología de la criopreservación, lo que podría aplicarse en medicina para mejorar la conservación de tejidos y órganos. Por otro lado, plantea preguntas sobre la posibilidad de vida en otros planetas con condiciones extremas, como Marte o lunas heladas como Europa y Encélado.
Además, este hallazgo refuerza la importancia de estudiar el permafrost, ya que este ecosistema congelado contiene microorganismos antiguos que podrían revelar secretos sobre la evolución de la vida en la Tierra. Sin embargo, también preocupa a los científicos por el riesgo de liberar virus y bacterias prehistóricas a medida que el permafrost se derrite debido al cambio climático. Algunas de estas formas de vida podrían haber estado inactivas durante milenios y representar riesgos desconocidos para los ecosistemas actuales.
Los investigadores planean seguir estudiando estos microorganismos para comprender mejor sus mecanismos de supervivencia y adaptación. Si logramos descifrar los secretos detrás de su resistencia extrema, podríamos aplicar estos conocimientos en campos tan variados como la biotecnología, la exploración espacial y la medicina regenerativa.