Hongos infecciosos al acecho: el cambio climático activa nuevas amenazas para la salud
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No solo el calor extremo, las sequías o las tormentas: el cambio climático también está activando enemigos microscópicos. Los científicos advierten que el calentamiento global está acelerando la propagación de hongos infecciosos, como el Aspergillus, que se multiplica en ambientes cálidos y representa una amenaza silenciosa pero creciente.
El Aspergillus fumigatus es un hongo común en el suelo y el aire, pero bajo ciertas condiciones puede causar infecciones pulmonares graves, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados. Con el aumento de las temperaturas globales, este hongo está expandiendo su rango geográfico y apareciendo en zonas donde antes no era común. Además, su resistencia a tratamientos antifúngicos representa un desafío importante para los sistemas de salud pública.
Recientes estudios han mostrado que los casos de aspergilosis invasiva han aumentado considerablemente en regiones como Europa y América del Norte, donde antes eran considerados raros. Se suma a esta amenaza la aparición de otros hongos emergentes como Candida auris y Cryptococcus, que también prosperan en ambientes cálidos y húmedos, y que son difíciles de erradicar una vez establecidos en hospitales o comunidades.
La agricultura también está en riesgo. Hongos patógenos pueden devastar cosechas y afectar la seguridad alimentaria de regiones enteras. Algunos ejemplos ya se observan en cultivos de trigo, café y plátano, donde enfermedades fúngicas están causando pérdidas millonarias.
Este panorama exige una respuesta global. Es urgente invertir en vigilancia epidemiológica, nuevas terapias antifúngicas y estrategias de mitigación del cambio climático. En esta carrera contra el tiempo, la ciencia y la cooperación internacional serán nuestras mejores herramientas.