Durante años hemos celebrado las rutinas intensas, las madrugadas productivas y el “si duermes, pierdes”. Hoy la historia cambia: en 2025, el cuidado del sueño o cuidado del sueño se posiciona como una de las tendencias de bienestar más poderosas. Dormir ya no se ve como una muerte de tiempo, sino como un ritual sagrado que determina nuestra salud física, emocional y mental.

La tecnología, paradójicamente, está impulsando este movimiento. Desde aplicaciones que monitorean fases del sueño hasta colchones inteligentes que ajustan la temperatura, el descanso se ha convertido en un terreno de innovación. Pero más allá de los gadgets, el corazón del cuidado del sueño está en los pequeños rituales: desconectarse de pantalones una hora antes de dormir, crear un ambiente oscuro y fresco en la habitacion, practicar respiraciones profundas o escribir un par de frases de gratitud antes de cerrar los ojos.

Las mujeres, especialmente, enfrentamos un doble reto: cargas de trabajo extensas y la presidencia social de “poder con todo”. Esta tendencia nos recuerda que descar no es un lujo, es una necesidad biológica. Estudios recientes muchos que mejor la calidad del sueño reducen la ansiedad, fortaleza el sistema inmune y hasta mejora la aparición de la piel. En pocas palabras: dormir bien es la base del autocuidado.

El cuidado del sueño nos invita a reconciliarnos con el escanso, a verlo como un acto de amor propio. Porque cuando dormimos mejor, también vivos mejor.