UNA PAUSA OBLIGATORIA LLENA DE APRENDIZAJES
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Vuelvo a escribir, me tomé una pausa y gracias a Revista Femenina, en una tarde fresca de domingo me siento frente a la computadora a abrir el corazón para plasmar las experiencias acumuladas durante este tiempo.
La pausa fue de 15 meses, sí, 15 largos meses en que por circunstancias de la vida todo se conjugó para un descanso obligatorio, en el que tuve tiempo para poner en orden ideas, sentimientos e identificar emociones para iniciar el camino hacia la sanación de mi ser integral; siendo la salud mental una de las prioridades.
Agradezco a Dios por esta lección de vida que me brindó, fue un recorrido en el que vi su obra, su misericordia y su provisión cada día. Ahora sé que la vida se construye de momentos y se suman personas que se convierten en parte de esas memorias que quedan bordadas en el corazón.
Esa pausa obligatoria me preparó para el siguiente paso, una decisión compleja, pero necesaria porque estoy empezando a trazar un nuevo camino lleno de aprendizajes y experiencias enriquecedoras. Estoy descubriendo muchas competencias que tenía dormidas (por llamarlas de algún modo) y que ahora son herramientas indispensables para avanzar y darme cuenta del ser extraordinario que en mí habita (muy pocas veces me he reconocido y es parte también de este descubrimiento de quién soy).
Ahora me pregunto ¿cómo quiero vivir el tiempo que esté en este plano? la respuesta es con la mejor actitud, con alegría y agradecimiento, ya que al hacer el recuento de los años han sido más los momentos memorables que los críticos (así los catalogo).
He pasado por situaciones duras, inciertas y de profunda tristeza, no obstante, han sido necesarias para afrontarlas con entereza, fortaleza y con la fe puesta en que Dios nunca abandona a sus hijos.
La fe en Dios y en la Virgen María me han sostenido durante este tiempo y en los momentos más oscuros y dolorosos de mi existencia; mostrándome que siempre han estado a mi lado, muchas veces esperando a que los busque y les permita ser partícipes. Perseverar en este camino es una decisión que se asume y se trabaja diariamente.
Retomo la escritura porque siempre ha sido terapéutico para canalizar ese torbellino de ideas, sentimientos y emociones, así como ese cúmulo de vivencias que me ha regalado la vida.
Patricia Orantes Alarcón
Comunicadora Social