Nepal ha sido escenario de un estallido social liderado por jóvenes (“Gen Z”) que protestan contra la corrupción, la represión y la prohibición de redes sociales. El 9 de septiembre de 2025, miles de manifestantes irrumpieron en el parlamento, quemaron documentos y exigieron cambios estructurales en el sistema político. 

La respuesta del gobierno fue dura: hubo enfrentamientos con las fuerzas del orden, decenas de muertos y heridos, y la renuncia del primer ministro K. P. Sharma Oli ante la presión. El país se encuentra ahora bajo un gobierno interino encabezado por Sushila Karki, la primera mujer en asumir el cargo. 

Para la población juvenil, esta revuelta no ha sido solo contra la corrupción, sino contra la falta de representación, de oportunidades y contra decisiones tomadas sin escuchar. La prohibición de plataformas digitales fue la chispa, pues son espacios esenciales de comunicación, denuncia y organización. 

El impacto trasciende fronteras: organismos internacionales observan cómo este tipo de protestas conectadas al uso de redes sociales y la exigencia de transparencia podrían volverse modelos para otros países de Asia y Latinoamérica donde la juventud siente que sus voces no cuentan.

Nepal está redefiniendo su futuro político en tiempo real. La llegada de una mujer al liderazgo interino añade un matiz poderoso: simboliza la urgencia de equidad de género en los espacios de poder, no solo como un ideal sino como necesidad crucial.