Autocuidado con intención, no es egoísmo, es renacimiento.

Autocuidado con intención, no es egoísmo, es renacimiento.

Según investigaciones científicas, el 95% de la información que guía nuestras vidas opera a nivel inconsciente, esto implica que gran parte de nuestras acciones, palabras y creencias, no son el resultado de decisiones conscientes, sino que es un reflejo, un mandato de esta información que hemos heredado o adquirido, incluso desde el vientre de nuestra madre.   

 
Esta información incluye miedos, traumas y patrones de comportamiento. Nuestra mente está repleta de creencias muchas de ellas limitantes. Por lo tanto, ante un desafío, a menudo prevalece el pensamiento negativo, llevándonos a dudar de nuestra capacidad para alcanzar metas o superar obstáculos. Repetimos patrones e historias, incluyendo situaciones con personas tóxicas que, precisamente, por esa información inconsciente, creemos necesitar.

Nos volvemos dependientes de afecto, atención o ayuda, no sabemos cómo poner límites, priorizando las necesidades ajenas sobre las propias, pues sino lo hacemos nos sentimos culpables o temerosos que nuestra negativa ante la demanda de otros provoca su rechazo. Y cuando vemos los resultados dolorosos de todo lo anterior en nuestra vida, es cuando nos preguntamos ¿por qué nos ocurre todo eso a nosotros?  

 
Para cuidar de nosotros y transformar nuestra historia de sufrimiento en una vida plena, es fundamental tomar conciencia de la información que nos ha guiado hasta hoy, debemos ser observadores de nuestra propia vida, despertando del ciclo de fracaso y de caos que hemos llevado. La pregunta es, ¿cómo logramos esto? Para identificar la información que rige nuestra vida, basta con analizar los patrones, las personas y las situaciones dolorosas que se repiten, no para culparlos o victimizarnos, sino para aprender, observando lo que estas experiencias revelan de nosotros mismos.

El ser humano, cuando se encuentra en una situación estresante, suele culpar a los demás antes de ver en su interior, y debemos entender que las circunstancias que nos rodean solo son un reflejo de lo que hay en nosotros, pues, el sufrimiento que vivimos no tiene que ver con el maltrato de otros, sino en cómo nos tratamos a nosotros mismos: al dudar de nuestras capacidades, al tratarnos con desprecio cada vez que fallamos. No es que los demás no nos valoran, es que nosotros no valoramos quiénes somos. No es que los demás se aprovechan de nosotros, es que nosotros no hemos aprendido a poner límites, ni siquiera a nosotros mismos. No se trata de que los demás siempre terminen abandonándonos, somos nosotros quienes nos abandonamos al dejar sueños, al permitir que el desánimo nos sumerja en la mediocridad, y al descuidar nuestro bienestar físico y emocional.

  
Es fundamental dejar el papel de víctima y comenzar a observar nuestro entorno para salir de patrones perjudiciales, prestar atención a las palabras que nos repetimos, ese diálogo interno que mantenemos cada día y que muestra lo que pensamos de nosotros, priorizar el autocuidado, darnos tiempo para disfrutar, marcar una diferencia significativa, nos llevará a un nuevo comienzo, a una nueva manera de vivir, libres de culpa, y esto no es egoísmo, es amor propio, pues somos nosotros los responsables de nuestro cambio.  
Aprender a establecer límites diciendo “no” tanto a los demás como a nosotros mismos, para hacer lo que realmente queremos hacer y no dejarnos llevar por el miedo al qué dirán, ser congruentes entre lo que realmente sentimos con lo que hacemos, porque cuando hacemos cosas que no queremos hacer, nos engañamos y esa incongruencia entre lo que realmente queremos y hacemos solo viene a resultar en un síntoma en nuestro cuerpo, pues el cuerpo hablará aquello que reprimimos.   

Para lograr una reinvención personal, para cuidarnos, es imprescindible reconocer que todo comienza en nosotros, debemos ser conscientes de que siempre estamos proyectando en los demás lo que no vemos de nosotros y que al conocer esta información, lejos de señalar y culpar, comenzando a trabajar en nuestro cambio, ya no viviremos a nivel de nuestras creencias limitantes, sino al nivel de lo que somos capaces de hacer, pues Dios ha puesto en nosotros dones y talentos, además nos ha dado la gracia necesaria para comenzar de nuevo, pero esta vez no desde la culpa, no desde el victimismo, sino desde el aprendizaje.

Escrito por:
Raquel Godoy
godoyraquel74@yahoo.com

 

Comentarios
Berly Palma

Excelente tema, es algo en lo que estoy trabajando con la ayuda de Dios y dar pasos que antes no me atrevía a dar, es una bendición y voy avanzando, despacio, a veces con temor pero confiando en Dios, todo es posible.

Berly Palma
Wendy Figueroa

Excelente!!! Muy cierto 🫶🏻 Que no nos de miedo cambiar. Sin cambios no habrán diferentes resultados. Los cambios inician en mi!!!

Wendy Figueroa
Lopez Lopez

Que importante es para todo ser humano, el darnos cuenta de cómo estoy, de quién soy, de lo qué deseo para mi vida, pero debemos darnos el tiempo de sanar nuestras heridas de cuidarnos con amor, con mucha compasión, de transformarnos en unas vasijas nuevas, para encontrar ese equilibrio, ese bienestar, esa paz, esa libertad interior que todos tenemos que nos hace mejores y auténticos seres humanos, estamos en camino, un paso a la vez, un día a la vez, gracias por este espacio de aprendizaje.

Lopez Lopez
Deja un comentario