Vivir desde el agradecimiento
El 2025 fue en particular uno de los años más desafiantes y críticos que he vivido en las últimas décadas. Ha sido un recorrido de muchos cambios en todos los sentidos, dejándome invaluables experiencias y aprendizajes.
En enero por razones laborales, residía en Esquipulas, Chiquimula; llevaba cuatro meses de estar lejos de mi familia y rodeada de personas extraordinarias que se convirtieron en amigos entrañables. Así como inició la aventura, terminó de un día para otro; guardando en las maletas y en mi vehículo un cúmulo de vivencias que forjaron carácter, templanza y determinación.
Volví a casa, retomar la rutina de un entorno familiar no fue nada fácil, pero entendí que así debía de ser porque tenía muchos asuntos pendientes por resolver que no podían esperar más. Uno de esos asuntos era el finiquitar temas financieros que ya me estaban quitando la paz; una crisis que me llevó a la introspección para valorar lo que tengo y lo que realmente es indispensable.
La relación con el dinero no había sido jamás un punto a considerar ni a meditar de cuán consciente era del manejo de las finanzas y lo que cuesta generar los ingresos, hasta este año. Puedo decir que sin lugar a duda ha sido uno de los aterrizajes forzados que más necesitaba experimentar para dar gracias por las oportunidades que se han ido presentando para solventar mis compromisos.
También debo agradecer por la prueba que afronté. En mi último retorno hacia Esquipulas, fue tan inesperada que en un par de segundos tomé una decisión valiente y fue la de estar cara a cara con mi agresor; fueron unos minutos, pero para mí fue el tiempo suficiente para darme cuenta de que era una etapa superada. Atrás quedó todo ese dolor que algún día me causó y que me impulsó para levantarme con más fuerza.
Las semanas y los meses han transcurrido, trayendo consigo momentos únicos, regalos maravillosos como estar rodeada de seres queridos y amigos incondicionales; un trabajo que me apasiona y que me ha permitido interactuar con personas de las que he aprendido mucho. También le he sumado bendiciones que provienen de cultivar mi confianza y fe en un ser divino.
He enfrentado tantas situaciones durante este 2025, algunas favorables y otras no, sin embargo, el balance es positivo. Tener la dicha de abrir los ojos todos los días, estar sana y tener la convicción que vendrán tiempos prósperos me motiva para seguir adelante, sabiendo que es un día a la vez y disfrutar el aquí y el ahora.
Soy afortunada de ser quien soy en la actualidad, de haber trabajado en muchos aspectos para sanar, crecer y avanzar en pro de ser una mejor versión de mí integralmente.
El 2025 se está despidiendo y antes de finalizar quiero darle las más sinceras gracias por todo el camino andado y sobre todo por todos los aprendizajes que me ha dejado, en especial el de despojarse de estereotipos y de ser honesta consigo mismo para aligerar la carga. Aprendí a decir no sin culpa y a poner límites sanos como parte del autocuidado; ahora comunico sin pena cuando las fuerzas ya no me dan.
Gracias, gracias, por tanto.









No comments