El cansancio emocional de fingir que todo está bien

El cansancio emocional de fingir que todo está bien

Hay un tipo de agotamiento que no se ve. No viene del trabajo, ni del cuerpo, sino del alma. Es el cansancio de sonreír cuando por dentro todo pesa, de decir “estoy bien” cuando no es verdad, de sostener una calma que solo existe para que los demás no se preocupen.

Fingir que todo está bien es una forma silenciosa de desgaste. Porque mientras tratamos de parecer fuertes, vamos vaciando lo poco que queda. El corazón se cansa de guardar tanto, la mente se cansa de ocultar tanto, y el alma… simplemente se apaga un poco cada día.

Nos enseñaron que mostrar fragilidad es debilidad. Que llorar es signo de rendirse. Pero lo cierto es que nadie puede sanar lo que niega. Fingir puede mantener las apariencias, pero nunca trae paz. La verdadera fortaleza está en reconocer el cansancio, pedir ayuda, parar, respirar y aceptar que no siempre se puede con todo.

Hay días en los que la sonrisa pesa, y está bien bajarla un momento. No sos menos valiente por estar cansada; sos humana. El alma también necesita descanso, y Dios no te pide perfección… te pide verdad.

Dejá que el peso caiga. Llorá si hace falta. Soltar también es una forma de fe. Porque la vida no se trata de fingir estar bien, sino de aprender a estar en paz, incluso en medio del caos.

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."
Mateo 11:28

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