El autocuidado no es un lujo

El autocuidado no es un lujo

¿Cuántas veces tiene sentido que vives en modo supervivencia? Te levantas, cumples, atiendes, resuelves… y al final del día, apenas te queda energía para ti. En ese ritmo, el autocuidado parece un lujo inalcanzable, un capricho para quienes "tienen tiempo" o quienes “tienen dinero”,   pero, ¿y si te dijera que es justo al revés? Que el autocuidado es la llave para transformar esa rutina de agotación en una vida que realmente disfrutes.

El problema no es la falta de tiempo, sino la historia que nos contamos: “Primero los demás, luego yo”.

Y esa historia nos ha enseñado a sobrevivir, pero no a vivir. Hemos a aprendido a medir nuestro valor por lo que damos, no por cómo nos sentimos.

El autocuidado no es una pausa de spa entre obligaciones. Es un acto de reconocimiento. Es mirarte al espejo y decidir que tú también eres importante.

Cada pequeño gesto de cuidado, descansar sin culpa, alimentarte bien, decir no cuando sea necesario, es una manera de reescribir tu historia personal.

Porque cada vez que te eliges, tu mente registra un mensaje nuevo: “Yo merezco”. Y ese mensaje transforma. Te da permiso para soltar la culpa, para poner límites, para recuperar energía. Poco a poco, deja de ser la mujer que se conforma con sobrevivir y te conviertes en la mujer que lidera su vida.

Yo lo aprendí luego de una pandemia y dos hijos, a un punto de depresión, cuando la ansiedad me comía por dentro, entendí que el autocuidado no era tener siempre mis uñas arregladas, era bañarme tranquila, entendí que no es irme de todas las compras los viernes, sino de tomar mi café caliente, priorice cumplirme a mi y no a los demás y eso hizo que bajara la ansiedad y la duda de si yo era suficiente.

La transformación no llega con grandes cambios externos, sino con pequeños actos diarios de amor propio.

El día que decide cuidar de ti con la misma dedicación con la que cuidas de otros, empiezas a vivir desde otro lugar: uno donde tú también importas.

Cuidarte no es egoísmo. Es la estrategia más poderosa para vivir en plenitud. Porque cuando te reconoces, cuando te das ese espacio para atenderte, todo lo demás fluye desde una energía diferente. Ya no se trata de llegar al final del día exhausta, sino de construir una vida donde tú también te sientas en paz.

El autocuidado no es un lujo. Es la transformación que tu vida necesita. Y empieza hoy, con la decisión de elegirte.

 

Quiero dejarte las 6 primeras acciones   que utilizar en mi autocuidado

Hazte una pregunta diaria: ¿Qué necesito hoy?

Antes de atender a otros, pregúntate qué necesitas tú. Tal vez sea descanso, movimiento, un abrazo o decir “no”. Esta pregunta te entrena a escucharte.

 Agenda tu autocuidado como una cita inamovible

Bloquea en tu agenda un espacio para ti con la misma seriedad que agendas una reunión. Si no lo programas, siempre habrá algo más “urgente”.

Aprende a decir “no” sin justificarte

Cada vez que dice “no” a lo que te agota, le dices “sí” a tu bienestar. No necesitas justificar tu decisión de proteger tu energía.

Rodéate de personas que sumen a tu bienestar

El autocuidado también es revisar tus círculos. Elige estar con personas que te inspiren, te apoyen y respeten tu espacio.

Transforma la culpa en gratitud

Cada vez que te sientas culpable por cuidarte, cámbiala por gratitud: “Gracias por darme este momento, me lo merezco”.

Haz pausas de la respiración consciente durante el día.

Cada hora, detente 1 minuto para respirar profundamente. Este pequeño hábito te ayuda a volver al presente y soltar tensiones acumuladas.

Ponlo en practica y haz esto más visible, comparte porque todavía hay muchas mujeres como tu y yo, necesitan saber cómo cuidarse.

 

Por Maylín Barrera

@mamaquebrota

Comentarios

No comments

Deja un comentario