El tesoro más valioso: Cuidar nuestro corazón con amor y conciencia
Share
Febrero es el mes del amor, un tiempo en el que muchos corazones se llenan de ilusión, expectativas y sueños. Sin embargo, es también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de proteger nuestro propio corazón, de tratarlo como el tesoro valioso que es.
A lo largo de la vida, aprendemos a amar, a entregarnos con sinceridad ya compartir nuestra esencia con otros. Pero, ¿cuántas veces nos hemos olvidado de amarnos a nosotros mismos con la misma entrega? La ilusión, cuando no está acompañada de conciencia, puede llevarnos a experiencias que terminan hiriéndonos, porque nos dejamos llevar por lo que queremos ver y no por lo que realmente es.
Jugar con nuestro corazón, depositar todas nuestras expectativas en alguien sin conocer su verdadera intención, o aferrarnos a una idea idealizada del amor, puede alejarnos de nuestra propia realidad. Cuando ignoramos las señales, cuando nos aferramos a relaciones que no nos nutren o cuando sacrificamos nuestra paz por la ilusión de algo que no es recíproco, terminamos lastimándonos a nosotros mismos.
Es momento de darle a nuestro corazón el valor que merece. El amor más poderoso es aquel que nace desde adentro, el que nos permite reconocer nuestra valía sin necesitar la validación de alguien más. Antes de ilusionarnos, debemos aprender a observar con claridad, a preguntarnos si lo que sentimos está basado en una realidad genuina o en una necesidad emocional que estamos proyectando en alguien más.
También es esencial enseñar a nuestros hijos a reconocer su propio valor y cuidar su corazón. Desde pequeños, debemos inculcarles la importancia de amarse a sí mismos, de poner límites sanos y de elegir relaciones que los enriquezcan en lugar de lastimarlos. Si les damos las herramientas necesarias para comprender el amor desde una perspectiva saludable, evitaremos que crezcan con falsas expectativas y podamos vivirlo de una manera más auténtica y plena.
Celebrar el amor en febrero no significa solo compartirlo con otros, sino también honrar nuestro propio corazón. Significa aprender a discernir entre el amor que nos expande y el que nos limita, entre la ilusión sana y la que nos desvía de nuestro propio bienestar. Es aprender a amarnos con tanta fuerza que no permitamos que nadie juegue con nuestro tesoro más valioso.
Este mes, regálate conciencia, amor propio y la certeza de que el amor verdadero siempre comienza contigo. Antes de entregar tu corazón, asegúrate de que también estás recibiendo amor en la misma medida. Porque cuando aprendes a valorar tu corazón, también enseñas a los demás cómo deben amarte.
Por:
Sheila Sandoval
sheila@sholbenmedia.com