Hijos

Hijos

 

Alguna vez mi papá me dijo que su papá le decía: “Ya quisiera tener tu edad y mi experiencia”. En esa frase se esconde una verdad sencilla y profunda: la juventud tiene la energía, el futuro, las ganas… pero muchas veces carece del entendimiento. Y la experiencia, esa que llega con los años, siempre desea volver a los días en los que aún todo era posible. Quizás, si pudiéramos unir ambas cosas, crearíamos algo mágico. Pero tal vez la vida ya se inventó esa magia… y la llamó los hijos.  

Hoy platicaremos sobre nuestros hijos. Son una bendición, un regalo de Dios, es asombroso verlos crecer, darnos cuenta de su individualidad, a pesar de que fueron criados en el mismo hogar. Unos puede que se parezcan a nosotros en el físico y otros en la forma de ser, otros en nada, pero sus ademanes al hablarnos delatan. Es innegable el amor que les tenemos, lo que muchas veces cambia es la interacción que tenemos con cada uno, pues son diferentes.

Sabemos que los hijos vienen a enseñarnos, lo que posiblemente no nos hayamos dado cuenta, es que ellos son un reflejo de nuestro espejo. Nuestros hijos reflejan lo que somos, no lo que les decimos que deben ser. Nos muestran con su comportamiento lo que hemos negado, lo que no hemos sanado, lo que aún no entendemos de nosotros mismos. Hay hijos que nos llenan de ternura y calma. Otros que parecen venir al mundo con la misión de ponernos a prueba cada día. Y justo eso es lo que puede ayudarnos al ver el reflejo, lo que debemos sanar.

Acá te describo algunos tipos de hijos. Hay Hijos Perfectos : siempre buscan portarse bien, sacar buenas calificaciones, son muy responsables, parece ideal, pero muchas veces lo hacen para obtener aprobación, su valía reside en los elogios por hacer y no por ser. Están los Hijos Maestros : son los que nos presentan desafíos constantes, cuestionan las normas y a menudo, nos provocan emociones intensas. Estos hijos nos obligan a buscar nuevas formas de entender y manejar la relación llevándonos a una introspección profunda. Al desafiarnos, estos hijos revelan proyecciones y expectativas no conscientes que tenemos los padres. Es una oportunidad invaluable para aprender sobre el amor incondicional y la aceptación. Hijo Salvador: Es el hijo que viene a darnos sentido a la vida. Has escuchado a alguna mamá o papá que dicen: “Si no fuera por mi hijo/a yo ya no estaría ó saber que fuera de mi”. Muchas veces se convierte en un apoyo emocional, en un compañero o incluso en una figura que llena vacíos afectivos. El peligro de esta interacción es que se le carga con una responsabilidad emocional que no le corresponde. Puede crecer sintiendo que su valor depende de complacer o cuidar a los demás. El Hijo que no se deja amar : Parece distante, frío o indiferente. En realidad, puede estar reflejando una herida nuestra relacionada con el rechazo, el abandono o el miedo a la intimidad.    

Educar no es formar, es transformar, ser padre o madre no es simplemente educar. Es, en muchas ocasiones, reeducarnos. Es volver a mirar lo que fuimos, lo que no resolvimos, lo que callamos. Es asumir que el reto de la crianza no es moldear a nuestros hijos a imagen de nuestras expectativas, sino permitir que nos moldeen a una imagen de lo que vinimos a aprender en esta vida.

Educar se convierte entonces en un acto de humildad: no les enseño porque lo sé todo. Les enseño mientras aprendo, mientras me alegre y mientras me enojo. “Ya quisiera tener tu edad y mi experiencia”, quizás nuestros hijos también quisieran eso, pero mientras ellos caminan, caen, se frustran y vuelven a intentar, nosotros estamos a su lado no solo para enseñar, sino para recordar lo que olvidamos: la frescura de la vida, el valor de la emoción, la urgencia del juego y la fuerza de ser uno mismo. Ellos, sin saberlo, nos salvan del olvido. Y nosotros, con suerte, les damos herramientas para no perderse en el camino.

Si deseas profundizar más sobre este tema, te recomiendo la lectura del libro “Tu hijo, tu espejo” de Martha Alicia Chávez. Cierro este artículo con esta frase que me impacta: “Papá/Mamá: Estoy aquí para mostrarte todas las luces que te hacen brillar y también todo aquello que está en las sombras y que necesitas trabajar en ti, este es mi regalo, recíbelo” Att. Tu hijo.

Hasta la próxima…

Wendy Figueroa

 

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2 comentarios

Me encanta tu forma de escribir. Definitivamente tienes esa linda habilidad.
Un abrazo 🤗

Iris

Me encanta tu firma de escribir. Definitivamente tenes el talento.!!
Un abrazo 🤗

Iris

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