VICKY: LA DOCTORA DE MI CORAZÓN

VICKY: LA DOCTORA DE MI CORAZÓN

 

Vicky, como cariñosamente le gustaba que la llamaramos, era mi mamá. Su nombre era Viriginia, pero todos la conocían como Vicky. Ella era Doctora y ejercía como médico general.

Desde pequeña, cuando yo me despertaba para ir al colegio, mi mamá ya se había ido a trabajar. Salía de casa muy temprano a atender a sus pacientes. Por la tarde, al salir de su primer trabajo, tenía unas horas libres y luego atendía a sus pacientes en su clínica privada.   Era muy común para mi ir a su clínica privada después del colegio, viendo como sus pacientes llegaban y eran atendidos de una forma personalizada por ella, siendo las consultas un poco más largas de lo normal.

Yo me preguntaba porque estas consultas eran tan largas y entendí que Vicky dividía su consulta en dos partes: la parte médica y la parte personal.   Ella se tomó todo el tiempo que era necesario en examinar a sus pacientes y en preguntarles como estaba su vida, que situaciones estaban atravesando, que preocupaciones tenían y conversar de todo aquello que sus pacientes quisieran comentarle.   Ella era empática con sus pacientes, interesándose en como estaban ellos emocionalmente, dedicándose a escucharlos y entenderlos.   Este gesto de Vicky hizo que sus pacientes se sintieran especiales, aparte de ser tratados de sus padecimientos médicos. Vicky era una persona muy sencilla, amable con todos, tratando a todas las personas por igual y siempre dispuesta a ayudar a quienes necesitaban.

 

En lo personal, cada vez que yo me enfermaba, Vicky estaba siempre a mi lado, pendiente de mi salud en todo momento, hasta que me recuperaba. Aún después de casarme, ella se tomó el tiempo de estar muy pendiente de mi y de mi familia cuando nos enfermamos.   Era extremadamente dedicada a sus pacientes, tratando a cada uno con amor y mucha paciencia. Es por eso que era la mejor doctora para sus pacientes,   la doctora que   curaba pero que veía el corazón de todos a quienes atendía. 

 

Vicky murió a sus 81 años y dejó una huella imborrable en todos los que la rodeabamos.   Su funeral estuvo lleno de personas que estaban muy agradecidas con ella. Parecía un festival de flores, ya que los ramos de flores inundaban el lugar.   Para nuestra sorpresa, el día de su funeral se nos acercaron varias personas a manifestarnos lo agradecidos que estaban con Vicky por haberlos escuchado siempre, por animarlos cuando pasaban por momentos difíciles y hacer su vida más feliz, pero lo que mas nos impresionó fue una señora que no conocíamos que nos contó que Vicky le había llevado provisiones del supermercado cada semana cuando se había quedado sin trabajo.

 

Cuando me preguntan cual es la mujer que más admiraro en este mundo, mi respuesta automática es Vicky.   Ella representa mi modelo a seguir, esa persona que me marcó profundamente y que me dejó enseñanzas imborrables, algunas de las cuales son:

 

 -Tratar a todas las personas por igual

-Siempre tener una actitud positiva ante todas las situaciones de la vida.

-Ayudar a quienes más lo necesitan

-Y su frase favorita, que tenía impresa en pequeñas tarjetas que le daban a quienes la visitaban era   PECC, que significa:

-No Protestar

-No te aburras

-Sin crítica

-Y sobre todo, Confiar en Dios.

 

Como madre de dos hijos, anhelo dejar en ellos mis propias enseñanzas, de la misma forma que Vicky dejó las suyas marcadas en mi corazón.

Por:

Roxana Romero de Gamero

rromero@novislegal.com

 

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.