El libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé nos invita a explorar el poder de nuestras emociones, pensamientos y acciones para mejorar nuestra vida diaria. A través de una mezcla de neurociencia, psicología y experiencias personales, la autora nos ofrece herramientas para desarrollar una actitud positiva que nos acerque a lo que deseamos.

Una de las ideas centrales es que no todo en la vida depende de la suerte o el azar. Al contrario, somos capaces de generar un entorno favorable con nuestras decisiones y la forma en que gestionamos el estrés, las emociones y las relaciones. Rojas Estapé nos recuerda que el cerebro tiene una plasticidad impresionante, lo que significa que podemos entrenarlo para cambiar nuestra percepción del mundo y, por lo tanto, los resultados que obtenemos.

Otro punto clave es la relación entre la mente y el cuerpo. La autora señala cómo el equilibrio emocional impacta en nuestra salud física. Al gestionar adecuadamente el cortisol (la hormona del estrés), podemos prevenir enfermedades y aumentar nuestra energía. De hecho, la manera en que pensamos puede influir directamente en cómo nos sentimos, no solo emocionalmente, sino también a nivel corporal.

Lo más revelador de este libro es su enfoque en el presente. A menudo vivimos atrapados en la ansiedad por el futuro o en la nostalgia del pasado, lo que nos impide aprovechar las oportunidades del aquí y ahora. Rojas Estapé nos anima a ser conscientes del momento presente, a cultivar una actitud de gratitud y a buscar el equilibrio entre nuestras aspiraciones y la paz mental.

Finalmente, el mensaje más poderoso que resuena es que tenemos el control de nuestras vidas más de lo que solemos creer. Si logramos armonizar nuestro mundo interno con el externo, no solo atraeremos cosas buenas, sino que también nos convertiremos en personas más resilientes, empáticas y en paz con nosotros mismos.

Este libro es una invitación a hacernos responsables de nuestra propia felicidad, a construirla día a día con pequeñas acciones y, sobre todo, con una mente abierta y dispuesta al cambio.