Por: Guisela Rodríguez

Hoy en día resulta más necesario que nunca aprender a criar niñas felices y empoderadas, porque haremos de ellas personas íntegras y capaces independientemente de lo que decidan hacer con su vida.  Para hacer esto, empecemos por comprender que todas las mujeres tenemos súperpoderes y que podemos ayudar a que las más pequeñas los descubran también.

A continuación, te contaré cada uno de estos poderes y cómo puedes desarrollarlos en las niñas, pero no olvides que el secreto para que funcionen es que primero tú los creas y los practiques. Así será más fácil transmitirlos.

Poder de participación y expresión

Las niñas, al igual que los niños, deben tener derecho a participar y poder expresarse. Sus opiniones deben ser escuchadas y no subestimadas por los adultos.

Las niñas que crecen en un hogar donde sus opiniones cuentan, obtienen mayor confianza y seguridad en sí mismas.  De igual manera, no temerán expresar sus opiniones u oposición. Tampoco cederán ante cualquier planteamiento que vulnere o pretenda violar sus derechos.

Poder e información financiera

Enseñar desde la infancia a tener un trato responsable con el dinero contribuirá a potenciar las cualidades de nuestras niñas. Si lo hacemos desde ya, serán mujeres autónomas y con criterios saludables en la administración del dinero como un recurso para beneficio propio y de su entorno.

Poder de amar y sentirse amadas

El amor es fundamental en la crianza, y eso lo sabemos. Las niñas y niños deben sentirse amados y respetados por sus padres. Al igual que sentir que pueden transmitir su afecto sin obstáculos ni burlas.

El empoderamiento de las niñas a amar en libertad y con responsabilidad, es tarea de los padres y madres. Esto incluye formar en cuanto a salud afectiva, reproductiva y sexual a las niñas.

Poder de ser ellas mismas

El desarrollo sin restricciones de la personalidad de las niñas es otro de los derechos que, tanto sus padres como la sociedad, deben garantizarles desde su nacimiento. Evitar la crianza con etiquetas (eres muy haragana, eres muy delgada, etc.) y el establecimiento de estereotipos de género (eso es de niños),  es darles a ellas el poder de definirse alrededor de sí mismas.

Poder de soñar

La creatividad, la recreación y el desarrollo de la imaginación son aspectos que permitirán que se destaquen en lo que ellas elijan.  Los padres deben incentivar el desarrollo saludable de estos aspectos con tiempo compartido y juegos. Una crianza extremadamente estricta no contribuye a la felicidad y el empoderamiento de las niñas, por el contrario, crea niñas tímidas, llenas de miedo e inseguridades.

Poder de planificar su futuro

Está demostrado que el diseño de un plan de vida a temprana edad permite tener un “norte” del que es muy difícil desviarse. Así logran llegar a la adultez con éxito, felicidad y confianza en sus ideales. Los padres deben alentar y orientar esta planificación conversando con los hijos sobre el futuro, sobre sus intereses, pasiones e ilusiones. En las niñas un plan de vida impide la deserción escolar, el embarazo precoz y el inicio no informado o traumático de la sexualidad.

Poder de desarrollo

Asistir a la escuela, a actividades extraescolares, a las fiestas de los amigos, las competencias y juegos deportivos son aspectos del día a día en la vida de un niño. Sin embargo, estos son derechos que otorgan poder a su desarrollo. La educación es uno de los indicadores más efectivos para calcular el empoderamiento de una niña, pues, a mayor educación, mayor capacidad de tener el control social, económico, profesional y personal de sus vidas.

No olvides que una niña criada desde el afecto, el cuidado y la autonomía será una mujer triunfadora que contribuirá a un mundo mejor.

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Por: Guisela Rodríguez

Psicopedagoga con maestría en Educación Superior

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