¡Hola! Me quiero presentar, soy esposa, mamá, maestra, cocinera, empresaria, emprendedora, costurera, en fin… muchas cosas más; podríamos decir que ahora soy una mujer Multitask.

Al igual que tú, cambié mi vida en 180° grados debido a la pandemia, pasé de tener una vida social y familiar, a estar encerrada en 4 paredes atendiendo de tiempo completo esposo, tareas del hogar, colegio e hijas. Este tiempo no ha sido fácil y sé que todos coincidimos con que ha sido un camino largo y duro, lleno de dificultades y retos para cada familia.

Hemos salido de nuestra zona de confort para crear nuevas rutinas, estilo de vida, volvernos personas más agradecidas y bendecidas con los privilegios que tenemos (siempre comida en la mesa, dinero para pagar cuentas, una familia con todos sus integrantes). Pero el motivo no es seguir hablado sobre lo que ya sabemos, sino felicitarnos como mamás.

Dejamos trabajos involuntariamente y comenzamos a trabajar en un ideal, nuestro emprendimiento, junto con eso, vemos clases de zoom y revisamos tareas, a muchas nos toca ayudar con el quehacer de la casa, exponernos para poder repartir nuestros producto o conocer sobre proveedores, costos, finanzas, redes sociales, promociones, giveaways… todas aquellas actividades que nos facilitarán el desarrollar nuestro emprendimiento dentro de un mercado muy competitivo, sin olvidar vernos bonitas para nuestro esposo y no descuidar nuestra vida de pareja.

Un reto completo para las mujeres de hoy que nos tocó ayudar a nuestros esposos por un hogar.

¡Felicidades porque no te rendiste sino buscaste soluciones al problema!

Todas hemos conocido muchas habilidades que no sabíamos que teníamos, nos hemos convertido en mujeres multitask, mujeres que hemos salido a la calle a luchar por pagar cuentas, por dar batalla aún en pandemia, aportando nuestro granito de arena y siendo un pilar de casa.

En este mes de la mujer, quiero invitarte a que te mires en un espejo y te sientas orgullosa de ser la mujer y la mamá que eres; no permitas que nadie ni nada te diga lo contrario. Debemos procurar ser las mejores diariamente.

Además, aprende a perdonarte, es comprensible perder la paciencia, llorar de frustración, tener ganas de gritar… Somos humanos. Lo más bonito es que logremos ver nuestras debilidades como mamá y lograr ser esa persona que hace que sus hijos sean personas con ideales.

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Andrea Maria Klingemberger Ruano
Mercadóloga, Mamá y emprendedora

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