Por: Karin García

Un error común que cometemos al conocer a una potencial pareja es confundir química y enamoramiento con verdadera compatibilidad. Pues pensamos que por conectar con una persona que nos gusta mucho junto con todas esas emociones y hormonas, nos convencemos que la persona es un 10 de 10 puntos. No obstante, aquí es dónde nos perdemos y activamos patrones que no son sanos.

Aquí te van 3 errores comunes que debemos evitar a la hora de conocer a alguien:

Patrón 1: Amor idealizado

Es el llamado amor a primera vista. Sentimos ese flechazo, nos gusta todo de esa persona, no le encontramos ningún defecto y pareciera que cubre todas nuestras expectativas y necesidades desde el principio, aún sin conocerlo del todo bien.

¡Alerta! Nadie puede ser perfecto, todos tenemos defectos y nunca nadie va a cumplir con toda expectativa y necesidad que tenemos. Puede que estemos idealizando a la persona para que encaje de manera que sea nuestra persona idónea. Esto sin siquiera saber si la persona está dispuesta o es capaz de esto. Se trata de una proyección que no es sana, ni para ti ni para la otra persona.

¿Qué ocurre después?

Pasas de la idealización a la devaluación, es decir, demonizas a esta persona por “no ser lo que creías que era”. A corto plazo, este amor ideal puede dar muchísimo placer o euforia, pero a largo plazo, no se transforma en una relación sana y duradera.

Patrón 2: Amor sumiso

Es el llamado “todo sea por amor”, porque desde la infancia aprendiste que dar todo o cuidar de otros era tu tarea. Se identifica por esa persona que pone por encima las necesidades de la otra persona que las suyas. Este es el amor en donde la pareja se asimila a una relación entre madre e hijo, pero también por la falta de límites. 

¡Precaución! Al caer en este tipo de relaciones se puede ser víctima de personas con patrones tóxicos que no reconocen tu identidad. También refuerzas la idea de tener que “ganarte” el amor, pues quizás no te sientas merecedora de alguien que te ame incondicionalmente que, a su vez, esté dispuesto a satisfacer tus necesidades y respetar tus límites.

¿Qué pasa después?

Tu pareja también cumple con el papel que aprendió de niño, y demanda cada vez más sin tomar en cuenta tus necesidades. Este es el resultado de no conocer y pedir que se respeten tanto tus límites como tus necesidades, lo que crea resentimiento. Como dicen las abuelas: “Toda escoba nueva barre bien”, pero esta conducta te lleva a abandonarte a ti misma.

Patrón 3: Amor narcisista

Es el llamado “ensalsado”. Son aquellas relaciones con personas que nos parecen grandiosas, pues es la imagen que proyectan. Se reconocen por ser aquellos que tenían un rol muy alto en la familia; son admirados, ocupan puestos importantes o convencen a todos de eso y prometen ser muchas cosas. Es posible que sus relaciones familiares sean tóxicas o que tengan padres narcisistas.

¡Ojo! Las relaciones con narcisistas nunca van a ser sanas, pues estas personas buscan una pareja únicamente para sentirse mejor consigo mismos y “presumirte” como trofeo. No respetan límites ni reconocen tu valor, porque siempre van a ser superiores.

¿Qué ocurre después?

Esta persona es capaz de desvalorarte constantemente y difícilmente va a trabajar en si mismo, algo esencial para cualquier relación interpersonal. Se alimenta del amor y la validación que siente al estar con otra persona sin devolver lo mismo a cambio, por lo que si reconoces a un narcisista: corre.

Si hemos caído en la trampa de alguna de estos patrones o te identificas con algo de esto, no estás sola. En las clínicas de CienciayPasion somos expertos en hacer personas felices. Creemos en el lema: “No existen parejas felices, sino personas felices haciendo pareja”.

Atrévete a hacer ese cambio desde adentro que tanto te mereces. 

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Por: Karin García

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