¿Soy codependiente?

Por: Daniela Coronado
En mi primera relación amorosa, yo y quien entonces era mi novio no nos separabamos nunca. Pasábamos todas las tardes juntos, nuestros planes eran entre nosotros y si salía con amigos, también venía él, y viceversa. La vida de mi novio estaba absolutamente mezclada con la mía, quizás con la excepción de mis estudios, que siempre fueron lo único que lograban separarme de mi pareja.
¿Te suena familiar? Normal. A muchos nos pasa en nuestra primera relación. Ahora, el problema fue que esa también fue la experiencia en mi segunda, tercera y cuarta. Iba por la vida repitiendo los mismos patrones, pues así había aprendido a apegarme emocionalmente.
Si no sabes eres tú, te doy un par de señales:
- Te cuesta identificar tus propios sentimientos y pensamientos.
- Niegas tu propia opinión por la de tu pareja.
- El estado de ánimo de tu pareja afecta el tuyo y en tu capacidad de funcionar en el día a día.
- Permites que se crucen tus propios límites.
- Estás frecuentemente pensando en lo que hace, siente o piensa tu pareja.
- Vas en contra de tus creencias o valores para evitar conflictos.
- Usas mucha energía y tiempo en los problemas de tu pareja.
- Evitas pedirle a tu pareja lo que necesitas en la relación o expresarte de manera honesta por miedo a que le moleste.
- Tu relación provoca que te distancies de tu familia, amigos y seres queridos.
Si te identificas con algunas o la mayoría, es posible que seas codependiente. Pero, la buena noticia es que estar consciente de esto es el primer paso. Lo siguiente es reconocer que es un problema para tu relación.
¿Por qué?
Depender de alguien más nunca va a lograr llenar el vacío de no poder depender en nosotras mismas. Querer que nuestra pareja sea nuestro todo nos señala varias heridas a sanar en nosotras, quizás baja autoestima, miedo al abandono, problemas de apego e inseguridades profundas.
La codependencia es un problema común que viene desde la infancia, por lo que requiere de mucho trabajo interno que puede ser llevado con terapia, usualmente se recomienda la terapia cognitiva-conductual.
Sin embargo, si esto no te es posible, empieza por trabajar en tu propia identidad:
- ¿Quién eres fuera de tu pareja?
- ¿Quiénes son tus amigos?
- ¿Qué te define?
- ¿Qué te gusta de ti?
- ¿Cuáles son tus metas personales?
- ¿Cómo usas tu tiempo libre?
Comunícate con tu pareja abiertamente y comparte este artículo para que los dos juntos puedan identificar aquellos comportamientos que no van a hacer que la relación prospere. Hagan un compromiso juntos de trabajar en esto. Recuerda que no estás sola en esto.
Por: Daniela Coronado
Jefe Editorial de Revista Femenina
Correo: editora@sholbenmedia.com
Instagram: @danicoronadoh
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