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Bienvenidas mujeres de todo el mundo…!

Uno, dos, tres, por ti, por mi y por todos los resilientes

¿Te ha tocado empezar de cero? ¿Has salido de tu zona de confort de la noche a la mañana? ¿Te ha tocado reencontrar el camino y la dirección? ¿Te ha tocado conseguir fuerzas de donde no sabías que tenías, para salir adelante?

Creo que al menos una vez en la vida, a todos nos ha tocado alguna situación en donde para triunfar o salir adelante, no nos queda más opción que ser resilientes. Según el diccionario, la resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras.

De hecho, grandes negocios del mundo han iniciado porque sus dueños experimentaron una grave tensión, un gran problema, pero en lugar de quedarse de brazos cruzados, buscaron una solución y ese negocio fue la respuesta. Por supuesto, no sin sacrificios y arduo trabajo.

Las personas tenemos esa capacidad de adaptarnos a pesar de circunstancias adversas. La resiliencia tiene maneras tan distintas de surgir. Nadie sabe qué tan resiliente puede ser hasta que le toca vivir una situación de vida complicada. Surge de un estado mental, de una decisión personal de seguir viviendo y tiene una particularidad: la decisión de no rendirse.

Hay dos frases de autores famosos que deseo compartirte. ¨Nadie es feliz durante toda su vida¨, Eurípides. Esto quiere decir que debemos estar conscientes que todos enfrentaremos algún problema. El éxito consiste en salir adelante. ¨No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la conciencia de tener una tarea en la vida¨, Viktor Frankl. Este autor, padre de la logoterapia, vivió en carne propia las torturas nazis en los campos de concentración y escribió esa frase en 1942, siendo aún uno de los prisioneros en el campo de concentración de Theresienstadt. Y es que aún en esas penosas circunstancias, Viktor eligió tener un propósito. Ese motivo mayor, más grande que él mismo, hasta el último aliento de su vida.

Cuando el interior de una persona está fundamentado en un carácter firme, basado en principios y valores, las circunstancias externas no son una limitación, porque el interior tiene tanta fuerza que logra vencer obstáculos. ¿Fácil? No. Es sumamente difícil. Requiere que practiquemos la voluntad firme, la paciencia, el dominio propio, la tolerancia, el respeto, el perdón y por supuesto, mucho trabajo duro.

La resiliencia te brinda también cierto grado de esperanza, te permite ver más allá de tu momento actual para reencontrar tus sueños y enfocarte en lo positivo de la vida.

Aquí unos consejos para mejorar tu resiliencia:

  1. Es un estado mental, por lo tanto, ejercítala diariamente: lee la Biblia, lee libros y busca podcasts con mensajes alentadores, busca historias de éxito de personas que resurgieron de las cenizas. Aunque en este momento no estés pasando una situación muy difícil, es mejor que la mente esté lista para mantener una actitud lo más positiva posible, a pesar de las circunstancias.
  2. Alimenta la fe y la esperanza: acércate a Dios. En los peores momentos de mi vida, cuando nadie me ha podido ayudar, siempre, siempre, Dios ha estado ahí y de milagro en milagro, me ha sacado adelante, puedo dar fe de eso.
  3. Trabaja en autoestima
  4. Busca propósito mayor: ayudar a los demás, siempre alimenta la resiliencia.
  5. Sé consciente de tu estado privilegiado: ¿tienes techo?, ¿tienes comida?, ¿tienes salud?. Eres privilegiada. Empecemos por eso y ejercitemos el agradecimiento.

    Recuerda cuando eras niña y jugabas chibiri4ta. Hoy, ya mayor, la vida me ha enseñado a decir “un, dos, tres, por mí, por ti y por todos los resilientes”. De eso se trata. De ganar el juego de la vida y salir victoriosos. La buena noticia es que en este juego, todos pueden ganar, por lo tanto ayudemos DESDE ADENTRO a quienes lo necesitan con un consejo, palabras alentadoras, esparciendo fe y esperanza y brindando comida y abrigo a quienes lo necesitan.

    Por: Yazmín Di Maio
    Certified Coach
    Speaker and Trainer
    The John Maxwell Team
    Correo: ydrelacionespublicas@gmail.com

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