En estos días, tuve la oportunidad de descubrirme saltando de una actividad a otra sin siquiera pensarlo.  Estaba atendiendo “según yo”, todo lo que debía hacer, pero estaba muy lejos de la verdad.  En mi afán de cumplir con cada una de mis actividades, estaba dejando de estar con toda mi atención, en los instantes que nunca van a volver, y con las personas que más me importan.

Reflexione en que no había estado presente en el último mes con mi familia.  Mis hijas en particular son bulliciosas y platicadoras, pero no había conversado con ellas como acostumbraba.  Y recordé lo que he escuchado de muchos padres durante toda mi vida… “trabajo por mis hijos”. 

A pesar de que nuestros esfuerzos como padres, se enfocan en procurarles bienestar a nuestros hijos, muchas veces perdemos el tiempo más valioso ocupados en actividades que no van a incidir en su vida de la forma que esperamos.  Entre el celular, las maratones de series, el trabajo fuera de horario, y fines de semana de limpieza, el tiempo de realmente convivir con ellos se nos escapa.  Y en unos años, podremos vivir en una casa grande y hermosa como lo añoramos, acompañados de extraños o solos.  Preguntándonos ¿Que hicimos mal? Porque se supone que hicimos lo que debíamos hacer.

Balancear el tiempo de trabajo, personal y familiar, cada vez es más difícil.  Y todos estamos de acuerdo, en que vivir bajo un puente no es nuestra aspiración, pero creo realmente que el secreto es respirar y abrazar el momento. 

Si todo el tiempo, estamos corriendo a la siguiente actividad, nunca podemos saborear la cena, reír o simplemente escuchar con atención a quien nos rodea, abrazar intensamente a nuestros seres queridos, completar adecuadamente una tarea, etc., siempre allí, pero pensando en lo siguiente…

Por eso te repito, lo mismo que he tenido que repetirme muchas veces “respira y abraza el momento”.  Este instante que estas viviendo no volverá, bueno o malo, difícil o sencillo, es único, tan único como tú y todas tus emociones.  Entonces vívelas intensamente, disfruta el viaje, porque también es parte de la satisfacción de alcanzar tus metas y sobre todo de quienes las comparten con nosotros.