En este 8 de Marzo quiero reflexionar sobre el Día Internacional de la Mujer, una fecha que conmemora más de noventa años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo de las mujeres en el mundo.

En un primer borrador inicié exponiendo las frases con las que nos “educan” y nos condicionan desde la infancia sobre el rol que tenemos en la familia y en la sociedad. Luego en un segundo intento de escribir este artículo quise enumerar los derechos que como mujeres son inherentes y los cuales debemos procurar su cumplimiento.

Sin embargo, mi intención en estas líneas es invitar a la reflexión del largo camino trazado por mujeres valientes que con coraje se han hecho escuchar a través de defender sus convicciones en pro de visibilizar a la mujer y hacer valer su condición igualitaria en una sociedad predominantemente machista. Su incansable lucha ha significado un enfrentarse a prejuicios, condicionamientos y estereotipos con los que han encasillado a las mujeres.

En mi caso, ha sido una constante el levantar la voz para que mis aspiraciones sean escuchadas, la primera vez que dije que yo no me visualizaba como maestra de escuela fue un desaire para mi padre, quien pensó que ese era el futuro que debería tener. El segundo desencuentro con él se suscitó cuando decidí renunciar a la plaza de Magisterio para seguir ejerciendo como periodista, profesión en la que me enfrenté con muchos comentarios de qué hace una mujer aquí en las coberturas de nota roja y mi respuesta era lo mismo que ustedes, trabajar.

Lo paradójico del caso fue que a los días de declinar de la plaza, se acabó mi contrato temporal en el periódico que me brindó mi primera oportunidad en el campo de la comunicación, lo que trajo consigo una serie de comentarios como ya viste tenía razón, ahora tendrías un ingreso fijo y seguro. No obstante, me mantenía férrea a mi ideal, ejercer mi profesión y desenvolverme en esto que tanto me apasiona.

Reconozco que no ha sido fácil el lidiar con críticas como de esa tu carrera te vas a morir de hambre mejor busca una profesión que te de estabilidad económica, al principio me molestaba mucho y le daba cabida a esa crítica para nada constructiva, pero con el tiempo comprendí que “esta carrera” tiene tantas aristas que me ha permitido afinar competencias y explorar otras áreas en las que he enfocado mi creatividad y el saber hacer.

Hoy agradezco profundamente esas críticas porque me permitieron forjar carácter, mantenerme firme en mis ideales y perseguir con ahínco mis sueños y metas que me he ido trazando en la vida; teniendo ejemplos de lucha, superación y arrojo a mujeres que me inspiraron y me motivaron a ser la profesional que ahora soy. Mi reconocimiento es a ellas y su esfuerzo por crear mejores condiciones a sus congéneres que continuarán su legado.

Perseveremos en esta lucha de crear condiciones de igualdad para la mujer, rompiendo con los estereotipos de roles de género y abriendo brecha para que las futuras generaciones puedan desempeñarse en cualquier profesión en paridad de condiciones y retribución económica; teniendo acceso a la educación sabiéndose pieza fundamental para la sociedad.

Por: Patricia Orantes Alarcón Comunicadora Social

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