¡Bienvenido verano! Llegó la época donde buscamos, hacer un alto a la rutina para cargar las pilas y tomar nuevos aires durante la Semana Mayor.

Y fue en ese preciso momento en el que me senté a reflexionar sobre cómo van las metas que me planteé a principio de año y si realmente éstas me hacen feliz. Para empezar, me siento muy a gusto en mi rutina de ejercicios y lo que he logrado en este primer trimestre, he mejorado la condición física y lo más importante, estoy cuidando de mi organismo y, por ende, mi salud.

Respecto a la meta de cuidar mi salud mental, voy perseverando en el tomar conciencia de las situaciones que puedo manejar y en los que están fuera de mi control, identificando a qué emoción responden y qué factor las origina. Es un día a la vez, saber que todo pasa y en mi está la potestad de quedarme atorada en una circunstancia o aprender de ella, avanzando para ser una mejor versión.

He de confesar que no es tarea fácil lidiar con la ansiedad, esa que se dispara en un instante como una reacción al estrés con el convivimos actualmente o se origina por un comentario nada agradable de nuestro entorno; entonces ese día es de respirar profundamente y recurrir al kit de herramientas trabajadas en la terapia con la psicóloga (sesiones que tomó desde diciembre, siendo una decisión compleja pero que ahora representa esa hora en la que me desconectó de todo  y todos para trabajar en mis procesos de sanación).

También en diciembre recibí la noticia del inició de un nuevo proyecto para liderar un contrato de comunicación y visibilidad, el que me ha retado como profesional y me ha replanteado cuál es el mejor mecanismo para avanzar en su consecución. No obstante, el desafío se ha tornado personal, es decir, me ha confrontado la idea de la milla extra (esa que se da cuando nos comprometemos porque nos apasiona lo que haceos) contra la necesidad de establecer límites sanos de las horas destinadas para la ejecución del trabajo y expresar que la vida personal y el tiempo de descanso se debe respetar, puesto que, para ello, se estableció un horario.

A la par de este proyecto, llegó la oportunidad de regresar a los medios de comunicación, incorporándome a un equipo de extraordinarias mujeres que buscan informar a sus congéneres con temáticas de salud, nutrición, emprendimiento, educación, familia y sociedad, entre otras temáticas. En Revista Femenina estoy encontrando un medio para darle voz a más mujeres por medio de entrevistas y artículos redactados por su comunidad de escritoras para que todas estemos en sintonía para crecer como seres integrales.

Mi última decisión y la más importante, es mantener una relación constante con Dios, con mi Padre, gracias a Él soy la persona que se esfuerza por crecer holísticamente, superar los desafíos que la vida presenta y ser feliz, que al final a eso venimos a este mundo. Disfrutemos cada día, vivamos el aquí y ahora siendo responsables de nuestros actos y buscando siempre dar amor e irradiar luz.

Patricia Orantes Alarcón Comunicadora Social

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