Lo terrible de ser mamá
Las imágenes que muchas veces vemos de una mamá sonriente e impecable junto a su bebé durmiendo tiernamente en sus brazos puede llevarnos a idealizar la maternidad y a pensar que todo será fácil y romántico.
Ser madre es sin duda el mejor privilegio que podemos tener y es la mayor expresión de amor que existe, pero también nos da momentos en los que dudamos de nosotras.
Antes de que decidas ser mamá, debes saber que todas somos diferentes, lo que le sucedió a tu amiga no necesariamente te ocurrirá a ti. Todas las esferas de tu vida cambiarán, desde que tengas los primeros síntomas del embarazo, ya que puede ser que tengas náusea todo el día, que llegues a rechazar alimentos o incluso a personas que antes eran tus favoritos.
Conforme tu embarazo continúa te darás cuenta que tu cuerpo cada vez es más grande, tu ropa deja de quedarte y tus tacones permanecerán guardados por algún tiempo en tu ropero.
Sin embargo, la emoción de saber que estás dando vida a un ser que tiene la mitad de ti será fascinante, sentir su piernita moverse a través de tu vientre opacará un poco la incomodidad que tendrás para respirar y dormir.
El momento del nacimiento, tanta emoción no tendrá medida y te dará las fuerzas que necesitas para tolerar los exámenes ginecológicos frecuentes y soportar el dolor de la anestesia que dormirá desde tu pelvis a tus pies. Es precisamente ese momento mágico el que anula los prejuicios de mostrarle a todos los extraños de la sala de operaciones tus pechos para amamantar al bebé.
Quizá no será el mejor momento de tu cabello, de tu cuerpo, de tu estado de ánimo e incluso de tu vida con tu pareja, pero será el mejor momento en el que tú y tu bebé de crearán un vínculo tan fuerte que nunca se romperá.
¿Qué debes tener claro antes de ser mamá?
- Estar consciente de que es válido decir: “Ser mamá no es para mí”, no es una obligación para todas las mujeres, ni tampoco debe estar dentro de tu check list de proyectos por realizar.
- ¿Podré estar presente en la crianza de mis hijos? Hay maneras de estar presente, aunque tengas un trabajo fuera de casa, pero debes tener claro que necesitarás tiempo para ellos, para no perderte cada uno de sus logros.
- ¿Mi pareja tiene las características suficientes para ser el padre de mis hijos? Este es un factor que no tomamos en cuenta. No podemos conocer a la perfección a alguien, pero si podemos tener ciertos parámetros no negociables que sean dignos de imitar por nuestros hijos.
- ¿Tengo presupuesto necesario para darle a mi hijo lo que requiere? Tomando en cuenta que algún día se enfermarán, estarán en un colegio, tendrán una profesión y por mucho tiempo dependerán de ti, debes tener claro con cuánto dinero cuentas.
No existe ningún manual para ser mamá y por tanto no hay necesidad de recibir mil cursos o tener a múltiples personas que dirijan tu maternidad. Elige cuáles son tus prioridades y luego busca personas a fines con ello. Todas somos diferentes, incluso serás una madre distinta para cada uno de tus hijos, por tanto, no trates de ser “perfecta” o encajar en los parámetros que marca la sociedad, lo que podría generar una carga extra que con el tiempo te podría frustrar, por ello, debemos confiar en la naturaleza, en ese instinto que cada una de nosotras posee.
Ser madre no tiene por qué ser un sacrificio, debe ser una elección, en la que das prioridad a lo prioritario, recuerda que el tiempo pasa demasiado rápido, disfruta cada etapa, hasta la que no es muy agradable y conviértete en la testigo principal de la evolución de un ser tan indefenso que un día dependía de ti pero que con tu ayuda pronto se convirtió en alguien que marco la diferencia en este mundo porque llevaba consigo lo mejor de ti.
Por: Maribel Cortez
Pediatra Prolactancia Materna
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