Pancha Catalina, una promesa de amor y cuidado incondicional
Es una perrita mestiza, rescatada. Llegó a mi casa porque una conocida de mi hermano la encontró en una carretera, tenía aproximadamente 20 días de nacida.
Al llevarla a evaluación no daban muchas esperanzas de vida, tenía una patita lastimada al parecer había sido atropellada y muchísimos parásitos, pulgas y garrapatas; pero le sobraba energía, era una chiquita traviesa.
La ingresé a una clínica veterinaria porque no podía cuidarla y la intención era ponerla en adopción y pasó casi tres meses ahí, pero nadie le daba una oportunidad por ser mestiza y “callejera”, le llamaban “fea”.
Económicamente ya no podía seguir pagando su hospedaje en la clínica, así que decidí llevarla a casa y entendí que su lugar siempre fue ahí a mi lado. Con ella he tenido lealtad, amor y la mejor compañía del mundo…
Es nuestra Caty, Gordita, Pancha Catalina la pequeña traviesa que rompió mis tacones favoritos, los pantalones de mis hermanos y mis leyes cuando estudiaba para mis privados en la Universidad. Sin embargo, cuando mi salud se vio comprometida por un par de operaciones y estuve en depresión por un asunto personal, ella nunca se separó de mi lado.
Llevamos juntas 5 años, le he prometido cuidarla y amarla hasta nuestro último día juntas en este mundo. Por muchos años más de pelitos mágicos.
Por Karim Lobos