Se ha puesto usted a pensar, si está en la cocina, en la escuela, en la calle, ¿a dónde va a dar la basura que se produce en cada actividad humana? 

Generalmente nos deshacemos de todo residuo que producimos sin pensar y considerar a los demás.  Tal parece que vivimos solos en el mundo, y que los ríos, los lagos, la fauna y la flora no tuvieran importancia.  Como seres pobladores del mundo parece que no participamos del mantenimiento del patrimonio de la humanidad.

¿Si por un momento nos detenemos a pensar cuanto tiempo dura cada uno de los deshechos para incorporarse de nuevo al suelo?

Entonces, cada vez que compre, aunque sea un dulce, deténgase a pensar de qué está hecho el empaque y dónde lo puede depositar. 

¿Qué hacer?  Debe guardar todos los empaques en su bolsa.  Y en la casa tener una botella vacía de plástico y allí depositar todas las bolsas que tengan aluminio, plástico, pinturas, materiales que no conoce, los empuja con algún utensilio de madera o metal y que queden suficientemente compactos. Usted habrá elaborado un ladrillo ecológico, que puede guardar o regalar a alguna familia u organización que este en vías de construir alguna casa.

Le parecerá increíble y laborioso, pero es una acción que contribuye a reducir que todos estos deshechos lleguen a los ríos, lagos y el mar.

Además, resulta que todos los residuos que depositamos en alguna parte van a dar a las fuentes de agua, es por ello, que estos aprendizajes, sirven para manejar los residuos que va más allá de un simple conocimiento.

Mi trabajo consiste en crear la conciencia necesaria para que nos preocupemos por actuar de manera inteligente en cada acción de la vida, pero ante todo que pensemos en proteger el recurso vital del agua y contribuir al bienestar de todos los seres que habitan el planeta.  

Por Justa de Monney

Especialización en Materia de Medio Ambiente y Cambio Climático.

justademonney@hotmail.com