La Responsabilidad Social -RS-, se concibe como el compromiso, obligación y deber que poseen todos los miembros de una sociedad, para contribuir de forma voluntaria; y a través del ejercicio de su ciudadanía, a buscar una sociedad más justa, que proteja al medio ambiente, que cuide sus recursos y que empática con el prójimo.  Este concepto se relaciona estrechamente con la ética y la moral, dado que las decisiones que toman los individuos, las sociedad o grupos en general tienen consecuencias sobre el resto.  En cuanto al aspecto legal, la Responsabilidad Social está regulada de una forma informal por decretos, normas internas y demás regulaciones en cuanto a la hora de obrar.   A lo largo de la historia se han originado diferentes percepciones para establecer mecanismos de Responsabilidad Social, dentro de las cuales se puede mencionar la Responsabilidad Social Empresarial -RSE– o Responsabilidad Social Corporativa -RSC-.  De acuerdo con la historia, la Responsabilidad Social Empresarial -RSE-, nace en el primer cuarto del siglo XX, y se va fortaleciendo en los años 50’s y 60’s.  La Responsabilidad Social Empresarial se inicia con la idea de que si las empresas usan recursos que posee una sociedad, ésta debe devolverle a la sociedad los beneficios que genera por ese uso. Howard Bowen, considerado como el padre de la Responsabilidad Social Empresarial, fue la persona que fijó para siempre las bases de lo que hoy comprendemos sobre este concepto, señalaba que la Responsabilidad Social, se trataba acerca de la idea de que su aceptación voluntaria por parte de los empresarios en el largo plazo podría repercutir en una disminución de los problemas económicos, y una mayor posibilidad de alcanzar los objetivos de una organización empresarial. En Guatemala, se ha convertido en una cultura de trabajo para algunas empresas, donde se prepondera la reciprocidad con la comunidad, con el entorno y con los colaboradores, en retribución a la cantidad de recursos, tiempo y dinero que le ha entregado a la organización. La Responsabilidad Social Empresarial, no puede ser considerada como una política de asistencialismo o de beneficencia, sino en una serie de iniciativas dirigidas, para focalizar el esfuerzo en satisfacer necesidades de la comunidad, de los colaboradores y de la modificación de los procesos operativos para ser amigables con el medio ambiente.  Muchas son las preguntas que, como ciudadanos o empresarios nos hacemos contantemente: ¿Estamos provocando un desarrollo que asegura el bienestar de todos con los que nos relacionamos? ¿Estamos contribuyendo al calentamiento global y a incrementar el riesgo de la vida en nuestro planeta? ¿Qué acciones estamos haciendo para contribuir con el cuidado del planeta? Nuestro despliegue, ¿contribuye a generar nuevas oportunidades de empleo y de negocios que facilitan la reducción de la pobreza? ¿Qué estamos haciendo para mitigar, reducir o eliminar esos riesgos?  Finalmente, nos encontramos en un momento de la historia de la humanidad en el que nuestro comportamiento, los valores que llevamos a la práctica a través de las maneras en que producimos, y, en general, nuestra ética, adquieren una significación crucial. Hoy no se puede ser socialmente responsable si no aspiramos a un desarrollo sostenible; es decir, si nuestra cultura, nuestras conductas diarias y nuestras lógicas económicas, ambientales y sociales, no se encuentran coherentemente alineadas. Nos enfrentamos al desafío de plasmar desde nuestras empresas y organizaciones una ética de responsabilidad social. Hoy en día, algunos de los aspectos a tomar en cuenta para que una empresa sea considerada y certificada como socialmente responsable es que: -Respete los derechos humanos -Tome en cuenta la libertad del trabajo, eliminando el trabajo forzoso y el infantil -Cuidando el medio ambiente, a través de adaptar iniciativas para promover la responsabilidad medioamiental y adaptar sus procesos al cuidado del entorno natural. -Tomando en cuenta la transparencia, unificando esfuerzos contra la corrupción la extorsión, el mal uso de recursos y el soborno.  Las organizaciones y empresas que hoy en día, viven realmente la Responsabilidad Social Empresarial, deben tener como propósito fundamental, la construcción de una cadena de valor para todos sus grupos de interés, asegurando de esta manera un verdadero desarrollo sostenible.  Pero cuando el propósito son las utilidades, este se transforma en algo similar a un virus, que ataca a la sociedad y por ende a la misma empresa u organización. Las contribuciones entonces que se hagan bajo el tema de Responsabilidad Social Empresarial, deberán partir del supuesto que la empresa u organización, que las lleva a cabo, cumple con todas las normas y obligaciones que por ley le corresponden.  También para que una empresa u organización sea responsable, es indispensable que desde las gerencias estén convencidos de su capacidad de crear valor, como ya lo he mencionado. Debe de regresarse al concepto de responsabilidad individual en donde los gerentes, empleados, proveedores, consumidores, ciudadanos y funcionarios de gobierno, son individuos que toman decisiones y que llevan a cabo acciones individuales que luego forman parte de otras acciones colectivas. Debe de quedar claro que no se puede pedir que las empresas y organizaciones sean responsables sin reclamar al resto de actores que llevan a cabo acciones individuales, como en el caso de los ciudadanos, consumidores, empleados, funcionarios, que también sean social y ambientalmente responsables.  Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad y nuestro granito de arena (o montaña) que aportar en esto.  La responsabilidad de las empresas y organizaciones es responsabilidad de todos.  Es importante recordar que las instituciones y empresas, no pueden nunca desvincularse de la sociedad.   Incluir la responsabilidad social en Guatemala no resolverá todos los retos de país, pero definitivamente es un buen inicio que lleva a tener y a poder construir una mejor sociedad y un mejor posicionamiento ante la opinión pública.