El mundo está lleno de flora muy diversa, en particular tengo una fascinación por las suculentas, hortensias y los árboles frutales. Pero sé que hay mucho más que eso en el mundo. De hecho, la cantidad de flores que existen en el planeta tierra son muchas, pero depende a qué se está refiriendo en el marco de la clasificación. Cada flor, dependiendo de sus características, maduración y estilo podría ser encasillada en un grupo. Pero, a nivel global, se estima que el número de tipos de flores oscilan las 250.000 y 400.000 especies. Aunque, solo la mitad de la última cifra mencionada han conseguido una descripción adecuada.

Hablando de flores la variedad es inmensa, pero si hablamos de plantas existen tantas clases de plantas según su tamaño. Hay tres grandes tipos de plantas. Los árboles, que  son las plantas más grandes que existen; Plantas sin flores (muchas  no producen flores en ningún momento de su vida) y plantas con flores. 

El tomar conciencia de la variedad que existe en la flora me hace pensar que ¡Hay tanta sabiduría en la naturaleza! Porque tenemos árboles frondosos y fuertes como la ceiba que pueden brindarnos sombra y seguridad. Tenemos plantas tan delicadas en su apariencia como la azalea; o podemos apreciar los girasoles que tienen un tallo robusto, erguido, con pelos y hojas ovaladas de gran tamaño. Así como podemos ver las suculentas algunas tienen colores asombrosos y otras dan flores curiosas o podríamos ver los cactus que siempre están forrados de espinas pueden florecer en tiempos tan distintos unos de otros. Y estas son solo algunas por darles un ejemplo.

Pero… ¿Saben que tienen en común todas ellas? su común denominador es que buscan el sol, que en la época de verano lucen sus más bellos colores, todos pueden apreciar sus características bellas y únicas, esas características que las distinguen unas de otras y que las hacen ser maravillosas y admiradas por el mundo.

Al darme cuenta de todo esto pensaba… En que así somos las mujeres ¡tan distintas unas de otras! Hay mujeres gorditas, hay mujeres altas, mujeres con la piel tersa y otras que llevan grabados en la piel los surcos de la edad; también hay mujeres con la piel clara y otras con un color bronce hermoso. En nuestro mundo hay variedad, podemos encontrar mujeres fuertes como la ceiba, mujeres delicadas como la azalea, mujeres que lucen su cuerpo tal y como es como los girasoles, mujeres tan variadas como las suculentas, mujeres que son madres y dan sus retoños siendo jóvenes o esperan en el tiempo a estar listas como los cactus y sus tiempos tan variados para florecer.

Y me pregunto ¿por qué muchas veces le huimos al verano? Cuando cada una de nosotras es hermosa y deberíamos de buscar el sol, lucir nuestra belleza, nuestros colores y sentirnos orgullosas de ello. Así fuimos creadas tan distintas y tan hermosas.

El verano es la época en la que las plantas más lindas se sacuden el polvo y generan sus flores más brillantes; y nosotras debemos hacer lo mismo, sacudirnos el frio guardar en lo profundo del armario esos suéteres flojos y los pants que nos abrigaron en invierno; y sacar esa blusa que tanto nos gusta, ese traje de baño que queríamos usar el verano pasado y no nos atrevimos. Lucir esos shorts que nos parecen tan lindos, disfrutar el sol luciendo nuestra hermosura. No dejemos que el mundo nos clasifique, mostremos nuestros colores y nuestras curvas como lo hace cada planta que florece en verano.

Recuerda que los limites nos los ponemos nosotras, cuando decidimos creer que porque el mundo solo conoce las rosas nosotras no somos igual de bellas por ser cactus, azaleas, ceibas, girasoles o suculentas. Que el observador tenga un conocimiento limitado no quiere decir que su apreciación sea la correcta.

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Sivky Lira

Licenciada en Biblia y Ministerio

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