Disfrazarse no es una actividad sin importancia, no es necesario esperar fechas especiales para disfrazarse, porque este juego es importante en el desarrollo de los niños en diversos ámbitos como el social, el afectivo-emocional, el cognitivo y el psicomotor; es una parte básica de la diversión que, además estimula la interacción y genera nuevas formas de comunicación entre los niños.

La imitación es una acción que empieza desde los primeros años de vida. Tu hijo empezará a copiar o intentar copiar tus movimientos, palabras y gestos. A partir de los dos años intentarán imitar a otros y a asumir roles de sus personajes favoritos, lo que le dará la pauta para convertirse en una persona inteligente y organizada ya que, es a través de este tipo de juegos adquirirá comportamientos, habilidades y emociones nuevas.

Cada vez que un niño se disfraza está adquiriendo sin darse cuenta una serie de conocimientos, imprescindibles para la vida adulta. Dentro de su disfraz, los niños ponen en marcha su capacidad para imaginar, introducir normas sociales o interpretar el rol de otro personaje, entre muchas otras cualidades tales como:

Desarrollo del lenguaje

Cuando el niño porta su disfraz intentará descubrir cómo expresar sus sentimientos, lo que está haciendo y a quién está representando, buscará cómo hacerlo a través de nuevas palabras. El poder de un disfraz es tan grande que puedes aprovechar para enseñarle vocabulario que relacionará con las acciones que está viviendo. Te aseguramos que así será más sencillo que las aprenda.

Creatividad

Cuando el niño está disfrazado se ve en la necesidad de interpretar un personaje, puedes estimularle haciéndole preguntas que le permitan usar su imaginación, por ejemplo le puedes preguntar qué más puede hacer con su capa, además de volar, si con eso puede rescatar a alguien o cumplir otra misión súper secreta.

Socialización

¿Has visto como Superman cambia solamente con quitarse los anteojos?, en la vida real también sucede igual, utilizar una máscara puede transformar a alguien, es como adquirir una personalidad alterna con un antifaz, esto le permitirá a tu hijo que se olvide de los miedos y busque empatizar con otras personas. Al creerse Thor, una científica, un astronauta o una heroína, buscará la manera de parecerse a ese personaje y esto es lo que le abrirá fronteras de comunicación con otros.

Autoestima

En este mundo de fantasía que se crea al momento de disfrazarse, es de gran utilidad para los niños ya que él es dueño de su propia realidad y los miedos no tienen lugar. De esta manera puede controlar su sentido del yo y les da una idea de su poder personal.

El que tu hijo intente salvar al mundo de un ataque extraterrestre o librarse del hechizo de una bruja le servirá para que desarrolle sus habilidades de resolución de problemas y aprenda que, si se esfuerza, puede lograr lo que se proponga. Idealizarse como uno de sus personajes favoritos, le permitirá romper con ideas negativas y le dará el impulso para que en un futuro vaya solucionando sus problemas sin que esto le paralice.

Por último, también es importante destacar que el juego con disfraces es una excelente vía para promover la coordinación psicomotriz, tanto la gruesa como la fina.

Así que es momento de aprovechar todas estas ventajas y disfrazarnos!!!

Guisela Rodriguez

Psicopedagoga con Maestría en Educación Superior

Correo: rodriguez.mariaguisela@gmail.com

Facebook: @LicGuiselaRodriguez